Fue como un flash, un simple destello, como si nada hubiera pasado, pero si había pasado, el primer indicio fue el olor, ese olor a tierra característico de las casas que llevan tiempo abandonadas, luego pude observar como todos esos objetos que me rodeaban ahora habían perdido un poco el color y una fina capa de polvo se posaba sobre ellos, perdí un poco el equilibrio, me tambaleé un poco pero no caí, luego me dirigí a la puerta, una puerta que siempre había hecho parte de la pequeña cabaña, había cambiado paredes y techo a través del tiempo, pero la puerta siempre había sido la misma. Me acerque a ella y encontré una gran cantidad de cartas, el papel se veía viejo, con manchas de humedad… me senté en el porche de la entrada a leer para entender que había pasado, las cartas mas viejas eran de mi hermana que me preguntaba donde estaba, por que no contestaba, si seguía molesto con ella o si tenia problemas con alguien y por eso me escondía, me ofrecía su ayuda y su amor incondicional, seguía leyendo con el corazón arrugado por la verdad tendría que asimilar, las cartas cada vez se hacían mas desesperadas, las ultimas parecían mas como algo sugerido por un terapeuta, una especie de rito donde se le escribe a la persona que ha fallecido para poder aceptar su partida.
Asi fue como mi genialidad en vez de ponerme en la historia, me erradico de ella, tenia razón, había logrado comprender el entramado de aquello que llamamos tiempo, su forma, su flujo sin embargo estaba claro que lo había logrado solo en una dirección, en mis manos, las cartas de un corazón roto me confirmaban que mi viaje de 50 años en el futuro había sido éxito, pero solo me había llevado al futuro de mi ausencia, al futuro que se había creado a partir de mi desaparición en un presente al que jamas lograría volver.
- Kmo
