Al final el viejo se daba cuenta,
cada vez era mas claro,
aprendió mucho
tanto de aciertos como de errores,
aprendió del tiempo y su relatividad
de los segundos eternos y de las eternidades fugaces
de la miradas profundas y las indiferentes
de como la felicidad, la tristeza, la dicha y el dolor
son las diferentes caras de la pasión
aprendió que no hay tiempo que perder
ni energía para el enojo
entendió que no existe el "si hubiera"
las cosas siempre son o fueron,
si pudiera volver,
seguramente haría lo mismo
las decisiones son inmutables
pero ante todo pudo visualizar con claridad
que siendo viejo y sabio,
no cometía los mismos errores que siendo joven,
sin embargo estaba presto a la aventura,
si por error cometía uno nuevo y desconocido
en el momento no buscado y aun menos esperado.
-Kmo
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